Preguntas más frecuentes
No, y además resulta más difícil. Si has tomado la decisión de dejar de fumar es mejor que no fumes nada. La nicotina es una sustancia muy adictiva y por tanto no permite, al igual que otras drogodependencias, un consumo «controlado». Si has desarrollado dependencia a la nicotina y tienes un determinado patrón de consumo (por ejemplo, fumas 20 cigarrillos/día) es muy difícil que puedas mantenerte fumando 5 o 10 cigarrillos/día. Esa reducción dura unos días, pero en seguida vuelves al consumo inicial. Seguro que conoces a algunos fumadores que después de estar tiempo, incluso años, sin fumar, un día en una fiesta (nochevieja, una boda, una cena) se fuman un cigarrillo y a partir de ahí vuelven rápidamente a convertirse en fumadores. Esto se debe al poder adictivo de la nicotina y es igual que en otras drogodependencias como la heroína o la cocaína: el consumo de estas sustancias no es controlable por el individuo, es la sustancia, en este caso la nicotina, la que «controla» al individuo.
No. Actualmente existe tratamiento del tabaquismo que es eficaz y seguro, pero no es una cuestión de milagros o magia. Fumar es una conducta (realmente es un trastorno de la conducta) y en los cambios de conducta es necesario que sea el individuo el que decida cambiarla. Para que el tratamiento sea eficaz es necesario que seas tú el que tome la decisión de dejar de fumar, entonces sí que se te puede ayudar. Algunos fumadores con baja dependencia a la nicotina son capaces de dejar de fumar sin la intervención directa de un profesional. También puede ocurrir que conozcas algún fumador que ha logrado abandonar el tabaco con «magia» (hechiceros, curanderos, brujas); suelen ser fumadores que están muy motivados y tienen baja dependencia, que también serían capaces de dejar de fumar solos. En realidad el efecto de la magia se debe más a las características del propio fumador que a la intervención.
Practica una técnica de relajación sencilla como realizar varias respiraciones lentas y profundas, fijando tu atención en cómo entra y sale el aire lentamente y siguiendo mentalmente el recorrido del aire cuando entra y sale de tus pulmones. Tus pulmones están mucho mejor desde que no fumas, así que agradecerán esa bocanada de aire limpio. También beber agua, tomar un caramelo o un chicle te puede ayudar a calmar esa sensación de que necesitas tener algo en la boca. Puedes pensar brevemente en las ventajas que te aporta no fumar... Realmente no te interesan los cigarrillos. También puedes salir de la situación en la que te encuentras o cambiar el «escenario». Cuando fumabas quizás tuviste que salir en alguna ocasión del sitio en el que estabas para poder fumar (una reunión o un lugar donde no podías fumar). Pues bien, ahora se trata de hacer lo mismo (salir de la situación) pero con distinto objetivo: no fumar. Quizás tengas que ausentarte unos momentos de esa tertulia con los amigos si las ganas de fumar son tan intensas, hay gente fumando y tu atención se detiene en los cigarrillos que hay a tu alrededor. Sólo son unos minutos... ¡Pruébalo y verás como funciona! Te interesa saber cuánto duran las ganas de fumar.
En el proceso de dejar de fumar es normal que las ganas de fumar aparezcan, incluso de forma intensa. Cuando esto ocurre no lo debes vivir como un problema, es sólo una situación nueva que tienes que aprender a superar. No te preocupes, es normal que al principio te cueste esfuerzo. Estas ganas de fumar representan una necesidad física de tomar nicotina que dura aproximadamente segundos. Es importante que las controles lo antes posible para que desaparezcan rápidamente. Después de las primeras semanas cada vez es menos frecuente que aparezcan. Piensa que son sólo unos segundos y no te preocupes si aparecen incluso semanas después de dejar de fumar, es normal. Cada vez que aparezcan piensa en todas las veces anteriores que ya las has superado. Puedes hacerlo también esta vez. Te interesa saber qué hacer cuando aparecen las ganas de fumar.
La nicotina quita el apetito por diversos mecanismos, pero no es obligado que engordes al dejar de fumar. Puedes ganar dos o tres kilos, en parte por la ausencia de nicotina, en parte porque los primeros días, si tienes ansiedad por el síndrome de abstinencia, puedes calmarla comiendo más. Es importante que te peses con frecuencia. Si tienes más apetito procura comer cosas con pocas calorías (frutas, yogur, algunos frutos secos) y beber agua abundante. Intenta hacer ejercicio físico moderado (por ejemplo, caminar o subir escaleras), te calmará la ansiedad y te ayudará a no engordar y, además, te encontrarás mucho mejor. El beneficio que te supone no fumar no es comparable a los inconvenientes que te puede ocasionar una ganancia ligera de peso, que puedes perder después de unos meses si vigilas la dieta y haces ejercicio físico.
No. Cualquier forma de consumir tabaco es perjudicial para la salud. Hay fumadores que dejan de fumar cigarrillos y después de un tiempo empiezan a fumar puros, o puritos, o «roslis» o farias o cualquier otra forma distinta de los cigarrillos, pensando que es diferente. Todas las formas son capaces de producir adicción y todas son perjudiciales para la salud. El humo del puro, al tener un grado de acidez diferente, se absorbe directamente en la mucosa bucal, por eso no hace falta inhalarlo tan profundamente como el del cigarrillo. Esto condiciona que algunos fumadores piensen que los puros son inofensivos porque no se tragan el humo, en realidad no necesitan tragar humo porque se absorbe en la boca.
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